El acceso a energía asequible es clave para el futuro de África. Es el trampolín hacia una mayor prosperidad y una mejor calidad de vida. Sin ella, los niños luchan por estudiar, las ideas no se transformarán en negocios prósperos y el continente nunca se conectará por completo a la economía global.
Pero hasta siete de cada diez africanos no pueden depender de una energía confiable. Este es un gran freno, tanto para sus ambiciones como para el desarrollo del continente. A menos que podamos superar este déficit de energía, el progreso económico y social de África se verá paralizado.
La escala del desafío es clara. Solo el 60% de las propiedades en el África subsahariana están conectadas a una red eléctrica. Las áreas rurales, en particular, se encuentran aisladas del suministro eléctrico.
Millones de africanos lo saben, la conexión en sí misma no es de ninguna manera una garantía de suministro confiable. Los apagones son un hecho cotidiano en gran parte del continente.
En Ghana, Afrobarometer descubrió que, si bien el 87 % de los hogares están conectados a una red, menos de la mitad disfrutó de energía confiable. El Banco Africano de Desarrollo descubrió que los fabricantes pierden un promedio de 56 días al año de producción debido a la escasez de energía.
La energía asequible es imprescindible
Y cuando llega la energía, el precio puede ser tres veces mayor que el que pagan los consumidores en otras regiones, incluso en aquellos países con niveles similares de desarrollo económico. Cuando las empresas o las familias tienen que depender de generadores a base de diesel, los costos pueden ser aún más altos.
Dado que se prevé que la población de África se duplique a 2.4 millones para 2050, el continente constituirá casi una cuarta parte de la fuerza laboral mundial. La gestión del desajuste entre la oferta y la demanda de energía requiere una acción urgente. Esta es la razón por la cual proporcionar la energía que África necesita se encuentra entre los desafíos globales más importantes.
África no carece de recursos energéticos. El continente tiene vastas reservas de combustibles fósiles y será alimentado por energía renovable a largo plazo. Su clima en gran parte proporciona condiciones ideales para la generación de energía solar y eólica. Solo se ha explotado una fracción del potencial hidroeléctrico y geotérmico de África.
Se necesita innovación, inversión y alianzas para aprovechar este rico potencial energético y garantizar que las comunidades y empresas del continente puedan prosperar.
Desde 2000, la inversión en el suministro de energía del África subsahariana se ha más que duplicado. Pero aún no está lo suficientemente cerca para cubrir el déficit en la capacidad de generación y, lo que es más importante, para establecer la infraestructura para llevar electricidad a todo el continente.
Las estimaciones oficiales muestran que el África subsahariana necesitará 450 millones de dólares en inversiones en el sector energético en los próximos 20 a 30 años. La mayor parte de esto tendrá que venir de fuera de nuestro continente.
Esta es la razón por la cual las alianzas son tan críticas para superar el desafío energético de África. Necesitamos el coraje para forjar nuevas asociaciones y mostrar a los inversores las recompensas de trabajar con los gobiernos y las empresas africanas para impulsar el crecimiento dentro del continente. A su vez, los gobiernos tendrán que trabajar duro para proporcionar las condiciones estables para atraer inversiones.
También tenemos que tener una visión regional. Un ejemplo exitoso es el Power Pool de África Meridional (SAPP).
SAPP conecta 12 países de la región. Esto significa que la energía proveniente de una nueva planta a gas en el noreste de Mozambique no solo ayudará a llevar electricidad al 70% de la población de ese país sin acceso. También ofrece la posibilidad de enviarlo a los lugares donde se necesite, como Malawi o Zambia.
Soluciones innovadoras
Así como hemos adaptado la tecnología móvil para superar la necesidad de redes de telefonía fija, África también puede liderar el mundo en soluciones energéticas innovadoras.
Estas soluciones también deben combinarse con iniciativas adaptadas a las condiciones y comunidades locales, utilizando los recursos disponibles en esos lugares. En algunas áreas, la energía solar a pequeña escala combinada con la tecnología de la biomasa puede satisfacer las necesidades de las aldeas rurales sin tener que instalar costosas líneas eléctricas.
Las soluciones también deben ser asequibles para el consumidor. Por ejemplo, reemplazar el carbón con briquetas más asequibles y respetuosas con el medio ambiente ahorra dinero a los consumidores, así como al medio ambiente. Great Lakes Africa Energy está tomando la iniciativa en este tipo de iniciativas.
Abordar el déficit energético de África debe ser una prioridad para el continente. Pero también debería ocupar un lugar destacado en la agenda mundial. Brindar acceso a energía confiable y asequible es clave para la prosperidad de África. Y una África próspera es clave para una economía global fuerte en las próximas décadas.
