Las estadísticas de acceso y disponibilidad de energía en el continente africano son preocupantes, quizás incluso alarmantes, y definitivamente un motivo de preocupación en todo el continente. Solo siete países de África tienen tasas de acceso a la energía de hasta el 50 % (las más bajas entre los mercados emergentes de todo el mundo), y Nigeria, el hermano mayor del continente tan promocionado, no es uno de ellos. El resto de la región tiene una tasa promedio de acceso a la red de alrededor del 20%, e incluso cuando hay acceso, nunca hay suficiente para todos.
Esto significa que, en promedio, alrededor de 625 millones de personas en África no tienen acceso a la energía. Hay un aumento en las inversiones que llegan a África y el déficit de infraestructura, especialmente en el área de la energía, está paralizando estas oportunidades de inversión. Ciertamente, el continente se encuentra en una grave crisis energética que necesita solucionar, y tiene los recursos energéticos que necesita para solucionarla.
Si bien la búsqueda de un África rica en energía está al frente del discurso sobre el desarrollo económico, está lado a lado la conversación global sobre el cambio climático, la sostenibilidad y la energía limpia; un recordatorio constante de los compromisos del continente con los tratados internacionales y varios acuerdos regionales y subregionales sobre protección ambiental. Esto significa que África tiene que lidiar con el desarrollo y, al mismo tiempo, tener en cuenta la sostenibilidad en cada paso del viaje. Esto ha impulsado el movimiento hacia formas de energía más limpias como el gas y las energías renovables en los últimos tiempos.
Sin embargo, a diferencia de los proyectos de energía fósil, que (si bien tienen sus propios desafíos peculiares) son un terreno familiar para los inversores, los proyectos de energía renovable (ER) no significan certeza de ningún tipo. Aparte del hecho de que son costosos de emprender y hay muy pocos proyectos de ER financiables en el continente, las métricas y matemáticas inmediatas para invertir en fósiles parecen mejores que las de un proyecto de ER. Por lo tanto, el acceso a préstamos bancarios, financiación de proyectos, préstamos sindicados y capital para proyectos de ER ha resultado un poco difícil. Sin embargo, siete de los diez países más adecuados para el potencial de energía renovable se encuentran en África, por lo que es obvio que el continente debería impulsar la inversión en ese sector.
Con el creciente desafío de financiar proyectos de ER, ha habido una incursión en medios de financiación innovadores y alternativos para los cuales se han explorado fondos de capital privado (PE), capital de riesgo (VC), fondos de pensiones, fondos de riqueza soberana y bonos verdes. Sin embargo, un método de financiación alternativo que no se ha explorado tanto es el crowdfunding.
El crowdfunding es un método de financiación que utiliza el poder de la tecnología digital y móvil e Internet para reunir recursos de un gran número de personas, en cantidades variables, para financiar proyectos. El pensamiento de rutina que sigue a la mención de crowdfunding es una cuenta de Gofundme o Kickstarter que ruega a las personas que financien un proyecto de caridad o una causa humanitaria. Si bien esto es parte de lo que es el crowdfunding, no lo es todo. De hecho, el crowdfunding incluye invertir en proyectos y empresas, a través de la agrupación de capital de varias personas mientras se les ofrece retorno de las inversiones (ROI), ya sea en forma de capital o deuda. De esta forma, se suele denominar crowdfunding de inversión.
Como era de esperar, el mercado de crowdfunding está funcionando bastante bien en todo el mundo, ya que la mayoría de las personas buscan nuevas formas de inversión fuera de los medios tradicionales; también porque la tecnología e internet han revolucionado mucho el mercado de inversión y, por último, porque los proyectos están explorando activamente nuevos métodos de financiación que no tengan los cuellos de botella de los préstamos bancarios y otros métodos tradicionales. De hecho, el valor global del crowdfunding en 2015 fue de 34.4 millones de dólares estadounidenses, superando las inversiones globales en financiación de capital de riesgo en el mismo año, que ascendió a 30 millones de dólares estadounidenses. Sin embargo, lamentablemente, África contribuye solo con menos de la mitad del uno por ciento al mercado global de crowdfunding.
Aún así, hay perspectivas para el crowdfunding del sector eléctrico de África, especialmente con el aumento de minirredes y proyectos fuera de la red, redes de distribución de electricidad independientes (IEDN) y tarifas de alimentación de energía renovable (REFIT). Muchos países africanos también, al darse cuenta de los beneficios de la privatización, la han aprovechado para sus industrias principales, incluida la energía, y esto ha permitido que los actores privados se involucren más en la inversión. El apetito de inversión por proyectos africanos por parte de inversores extranjeros también funciona para el continente de muchas maneras.
El llamado global para combatir el cambio climático es un factor que permite aprovechar la necesidad del bien social en los proyectos de ER de crowdfunding. El crowdfunding en África se ha explorado principalmente en África oriental, e incluso eso, no se ha hecho a gran escala. Sin embargo, los resultados de esa subregión muestran que si es explorada en profundidad por el continente, hay perspectivas muy favorables. Con el crowdfunding, se satisface la necesidad de energía limpia y sostenible y, al mismo tiempo, se resuelve el problema de la financiación. Esencialmente, servirá como una combinación de tecnología, finanzas, energía y bien social, dando a luz una solución formidable para el continente. El Ubuntu y el espíritu comunitario de África también encajan bien con esta forma de financiación, ya que se apoya en la participación local en la búsqueda de soluciones. Además, con tasas de interés altas y acceso restringido al crédito en África, el crowdfunding brindará una opción viable para pequeños proyectos fuera de la red que requieran financiamiento.
Si bien se aprecia que existen desafíos para el crowdfunding en África, especialmente con el régimen legal del continente, el alto nivel de analfabetismo tecnológico y el bajo nivel de confianza en las plataformas en línea y la tecnología móvil, las posibilidades son enormes. Es un área que la región debería explorar para cerrar su brecha de infraestructura energética, fomentar las inversiones y evitar el efecto nocivo del desarrollo intensivo en carbono.
